Si estás dispuesto
a tener tu ropa repleta de mis pelos,
a que en cualquier despiste rebusque en la basura,
a fregar mis meadas si no has llegado a tiempo,
a encontrar tu objeto favorito hecho trizas debajo de mi almohada.
Si estás dispuesto
a que te ame aunque tú no quieras,
te reciba con grandes alaridos,
y de saltos y grite,
monte escándalo.
A dejar de tener intimidad,
sentirte perseguido,
hasta acosado,
echarle un pulso al don de la paciencia,
salir a pasear cuando hace frío,
llueve, nieva, caen chuzos de punta,
sufrir si me he perdido, me enfermo, tiemblo, dejo de comer, estoy alicaído
o gimoteo para que no me dejes solo.
Descomponer tu vida y adaptarte a la mía,
dejar que la inocencia entre en tu casa,
hacer un pacto eterno con la lealtad,
conocer el amor verdadero
pues nadie como yo te amará tanto,
recordar mi nombre para siempre,
y que mi huella se impregne en tu camino...
Tendrás en mí
la más hermosa de las ataduras,
el milagro de tener a tu lado un ángel con hocico y cuatro patas,
tu alma gemela, peluda y con bigotes
el ser más puro que haya encontrado humano,
y solo tú podrás
asimilar que tu mundo es perruno
que ya no hay vuelta atrás,
ya no hay remedio,
serás adicto a mí
hasta que el cielo
reclame mis poderes y mi aliento.