Reposar en el hálito rosado del amado
y ya no despertar.
Abandonar el vacío mundano
del día a día,
de esta rueca que hila
con su feria de espejos vanidosos
la cadena ignorante del esclavo.
Sacudirse el pasado,
sumergirse en el error de la física,
en la contradicción inesperada.
Ser un solo corazón
y bombear amor a borbotones.