martes, 26 de marzo de 2024

Des-cert

 La meva avía susurraba el desert

amb llàgrimes de vent i paraules de sorra

quan des de la finestra apuntaba als estels amb la mirada

i ens parlava del camp de refugiats on va parir els seus fills. 

De vegades es possava la Melfa, una tela infinita enrotllada al seu cos, i asseguda a la taula de sopar, caminaba molt lent amb els seus dits, como si fora una nómada del temps atrapada en l'oasi d'una ciutat estèril.

Tenia la mania de dibuixar les coses. Ara un camell, una cabra, una pedra, una duna, perqué deia que el polisario li furtaba de nit tots els records, i deixà per escrit, que l'enterrarem amb tots els fulls pintats com si fora sa terra.

Una terra perduda, desterrada a l'oblit de les nacions, un desert ja poc cert, una tribu venuda als tribunals, una avía, una mare, una germana, una tía, una amiga, una tuareg, totes dansant en una sola mà, traspasant les fronteres del genocidi, construint entre totes el pont de la memòria per seguir pronunciar a una veu el nostre nom:

SAHARAUIS 


viernes, 1 de marzo de 2024

El Cuarto de Juegos

Hay un recuerdo que se repite en tu memoria, ¿ Quieres hablar de eso?

Una niña escondida en el cuarto de Juegos

Mami

Mi madre grita,

Mami

Álguien llora, 

Mami mami, no llores.

Oigo las patadas y los golpes.

Me asomo.

¡Metete dentro, corre!

Y una bandada de juguetes

Una bandada de juguetes me rodea.

¿Algo más?

Más gritos. 

No, no, no, no, mamiiii.

Hay un hada. Es el hada de la fantasia. 

Y cambia los colores de las cosas. 

¿Quieres escribir?

No queda tiempo.

Tenemos todo el tiempo del mundo.

No quiero oír los golpes

Coge el hada.

Tengo miedo.

Coge el hada.

¿A qué huelen los gritos?

Son ásperos y fríos. 

¿Cómo la lengua de las ranas?

Sí. Pero es una rana que se convierte en ogro.

Pero es un cuarto de juegos. Aquí no hay ogros.

Quiero estar con mi mami.

¿Quieres escribir?


Hay un hada que cambia los colores de las cosas.

Es el camaleón de la fantasía.

Me arropa la niñez ,

y me susurra cuentos que un día acaban bien. 

Ese camaleón siempre ha estado conmigo,

Me enseñó a vomitar con estrofas y versos

las palabras que no brotaban de mí boca,

y encontré la salida del laberinto

que encerraba en el trauma mi delirio.

Sigo oyendo los gritos y los golpes,

el ronroneo de una bestia que acecha,

pero cambié el puñal por esta pluma,

y tu violencia 

por una estrofa que sobrevuela el miedo.

Convertí cada línea en los barrotes de tu celda,

Y cada punto en el hueco de las puñaladas,

cada silencio en el vacío que dejaste.


Ahora eres tú ese papel en blanco

en el que encierro tu horror y mi agonía.

Me arrebataste a la que más amaba,

pero nunca pudiste,

aunque quisieras,

manchar de sangre

la piel de los poesía.


Nos vemos la semana que viene.