Una Mancha
Una mancha es perfecta.
Para ser una mancha hay que romper esquemas,
derramar el café en el preciso instante,
tropezarse de golpe,
tirarse por los suelos como si fueras niño.
Una mancha es hermosa.
Despliega sus colores, sus tonos y sus formas
y aletea ante ti su libertad osada.
Es el ojo del mundo que se atreve a retarte,
a decir: "Esto sí", a gritar: " Está mal".
Una mancha es curiosa.
Viene cuando no debe,
en el peor momento,
es una entrometida que lo estropea todo.
Pero una mancha huye
de restricciones muertas,
de aburrimiento planos,
de sonidos de horario,
de encajar en cuadrado.
Una mancha se expande hasta cubrirlo todo
por más que el disimulo
la oculte en lo correcto.
Porque una mancha vive,
se vuelve llamativa sin quererlo,
transforma con su risa
el entorno del mundo
y nada vuelve a ser descolorido.
Cuando seas mayor,
Vuelvete mancha.
Una mancha es hermosa.
Despliega sus colores, sus tonos y sus formas
y aletea ante ti su libertad osada.
Es el ojo del mundo que se atreve a retarte,
a decir: "Esto sí", a gritar: " Está mal".
Una mancha es curiosa.
Viene cuando no debe,
en el peor momento,
es una entrometida que lo estropea todo.
Pero una mancha huye
de restricciones muertas,
de aburrimiento planos,
de sonidos de horario,
de encajar en cuadrado.
Una mancha se expande hasta cubrirlo todo
por más que el disimulo
la oculte en lo correcto.
Porque una mancha vive,
se vuelve llamativa sin quererlo,
transforma con su risa
el entorno del mundo
y nada vuelve a ser descolorido.
Cuando seas mayor,
Vuelvete mancha.
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