Ojalá fuera yo
la poeta que te escribe a diario.
Así creerías
que las palabras sucumben a tu imagen,
que la idea proviene del recuerdo,
que eres el hechicero de mis versos
y hallo la rima interna en lo sublime,
que la pasión es dueña de la técnica
y tu olor me regala metáforas perennes,
que es tu mirada la que emborrona el texto
y tu silueta la que le da vueltas,
que es mal de amores
lo que el oficio vence
y que cada vocablo
te pertenece.
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