es una caravana de mujeres y niños.
Una hilera de múltiples colores y estampados
que ofrece tradición como moneda.
Las mujeres africanas trenzan la historia de sus genocidios,
con cabello postizo alargan el camino
que las trajo hasta aquí,
y llevan un bebé colgando de la espalda,
una oruga amarrada,
envuelta
en la crisálida de un pañuelo de seda,
las alas de esta dura aventura.
Las mujeres latinas
asan mazorcas de maíz
con la enjundia de sus ancestros mayas,
el sabor de los ríos y la selva,
del sonido del bosque en su mirada,
profunda como el frío del olvido.
Las mujeres gitanas
te dan romero,
y te leen la buena ventura
con su sonrisa de luna pitonisa.
Las mujeres árabes
geroglifan las manos con detalle,
venden sortijas y babuchas,
cremas, pendientes
y en el sueño nos huelen a
jazmines y azahares.
Todas ellas son el futuro de nosotras mismas.
Hermanas, sisters, mothers,
de las niñas que corretean libres
en el paseo de la esperanza a ciegas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario